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Posguerra y Dictadura en Zarza Capilla

T

ras la Guerra Civil, Zarza Capilla había quedado muy afectada por los

bombardeos que se efectuaron sobre su antiguo núcleo de población. No se conocen con certeza los motivos que llevaron a tomar la decisión, por parte del Régimen franquista, de construir un nuevo

asentamiento, en vez de volver a levantar el que ya existía. Entre las contradicciones de este proceso destaca el hecho de que, en Zarza Capilla la nueva, no se construyeron viviendas para el grueso de la población que, con anterioridad a la contienda bélica, residía allí. En su lugar, se edificaron casas para solamente un tercio de los habitantes. Entretanto, el resto de los vecinos restauraba los hogares del viejo núcleo utilizando sus propios recursos. La percepción del historiador Julian Chaves Palacios es la siguiente:

"El planteamiento sencillamente fue: o bien reutilizar lo que ha quedado, que quedó, insisto, bastante afectado (hubo otros pueblos que también); o sencillamente restaurar otro pueblo, dentro de la población, que es una población muy modesta y evitar reincidir sobre todo en la misma ubicación, las mismas viviendas, el mismo perímetro de siempre".

   No obstante, esta opinión queda matizada por las impresiones que tienen los propios vecinos de Zarza Capilla, quienes explican que en el pueblo tan solo quedaron unas seis casas en pie. Si bien reconocen no estar seguros de quién fue exactamente la persona que “metió la pata” a la hora de tomar la decisión - elucubrando acerca de si se trató de algo organizado por Regiones Devastadas o por los propios habitantes del pueblo -, tienen claro lo que aquello conllevó.

"Claro, como aquello estaba protegido por el Estado. Aquí no se podía hacer nada. Y si se hacía había pescozones.  Una guerra fría entre los mismos paisanos. Paisanos y familias. Familiares abajo, familiares arriba…. Y una apatía entre unos y otros, sin hablarse, y todo por el asunto. Porque, claro, ya aquí los dos que querían los dos pueblos. Aquel que era el oficial del Gobierno y éste que era el tradicional de la posesión de los que tenían aquí su casa, su terreno y pagando sus impuestos. Porque se pagaba la contribución como casa, aunque no tenían". (Crescenciano Mayoral Rubio)

  Con base en estos sucesos, el también historiador Antonio Doroteo López destaca la firme voluntad  que tuvieron que mostrar los vecinos de Zarza Capilla la vieja a la hora de reconstruir sus casas, dado que no contaban con ayuda de ningún tipo para ello. Esto, inevitablemente, le lleva a preguntarse, a su vez, por qué se demoró tanto el régimen dictatorial en construir y entregar las casas de la nueva población. 

 

    Valentín Sánchez Calvo, maestro jubilado de la escuela del asentamiento histórico, declara por su parte que:

"Yo estoy convencido de que la decisión de hacer un pueblo nuevo fue una decisión totalmente política del Régimen para decir: “este va a ser mi pueblo”. Así de claro. Es que las últimas se adjudican en el año 1956. Tú fíjate.  ¿La gente cómo va a esperar a 1956 a que les entreguen viviendas? Cada uno se iba rehabilitando. Es decir, es que era de sentido común".

Construcciones nocturnas

“Acababan los tejados de noche". (Gervasio Sánchez Gil)

"Se hacían las casas con velillas, claro".(José Muñoz Sánchez)

     En Zarza Capilla la nueva se instaló agua corriente, se asfaltaron las calles y se estableció allí el circuito telefónico. Por tanto, fue, tal y como lo describen, una marginalización total del asentamiento histórico que, suponen, debía producirse a propósito. Los alcaldes, durante el período comprendido por la dictadura franquista, eran elegidos por el Gobernador Civil y, como ya apuntaba Gervasio Sánchez Gil, ex-concejal del Ayuntamiento una vez llegada la democracia, los políticos fuertes se encontraban en el núcleo de abajo. Aunque a Valentín no se le escapa señalar que:

“Las condiciones que tenía aquella población nunca las tuvo ésta hasta la llegada de la democracia. Pero ojo, aquí se asfaltaron las calles y se hicieron las acometidas de agua pagando los vecinos las cuquis”.

Procesión al nuevo núcleo

   En cuanto al proceso de construcción del nuevo núcleo, las distintas voces se esfuerzan por expresarse con cautela. Antonio Doroteo López opina que la decisión pudo ser tomada como una forma de castigar a un término municipal en el que se había hecho retroceder al Régimen franquista y que, por lo difícil de su conquista, pudiera ser objeto de una represión llevada a cabo de esa manera. Insiste, no obstante, en que es algo que no se conoce con seguridad. 

 

    Valentín Sánchez Calvo explica cómo las primeras viviendas se construyeron en torno a la que iba a ser la plaza del pueblo y que la decisión sobre quién iba a ocuparlas fue algo movido por el Gobierno Civil, con el respaldo del alcalde de turno. Todo el mundo necesitaba un habitáculo en aquellos momentos, pero no dependía necesariamente de las dificultades que estuviera atravesando la gente el que se las dieran o no. Se trataba de una adjudicación que venía de los mandos de arriba y que, según lo que cuentan, se realizaba en la mayor parte de las ocasiones “a dedo”. Eso sin contar, por supuesto, al “cuerpo de élite” que sí las eligió porque se trataba de unas viviendas gratis, que eran mucho más grandes que las que existían previamente y que, de paso, les permitía independizarse del antiguo núcleo de población. 

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